Muchos de nosotros, cuando sentimos ansiedad o nerviosismo, también tenemos dificultades para respirar. Esto no quiere decir que perdamos la capacidad torácica en la inspiración, sino que generalmente, el diafragma se encuentra más contraído que habitualmente.
Y, por ello, en este post podrás aprender cómo practicar la respiración diafragmática lenta, para así relajarte y reducir los síntomas ansiosos.
De forma resumida, consiste en respirar de forma lenta, profunda y consciente, tratando de llevar el aire que inspiramos a la parte de abajo de los pulmones.
Cuando no tenemos práctica, lo mejor es colocar una mano encima del pecho y la otra en el estómago. A la práctica, deberías notar que la mano que se mueve es la que se encuentra más abajo.
Sigue estos pasos y repítelos cuantas veces sea necesario:
1. Toma aire, lentamente, por la nariz; lo llevas a la parte de abajo de tus pulmones, hinchando un poco el estómago y la barriga, sin mover el pecho, contando de 1 a 5.
2. Retén un momento el aire en esa posición, contando de 1 a 3.
3. Suelta el aire, lentamente, por la boca, hundiendo un poco el estómago y la barriga; sin mover el pecho, mientras cuentas de 1 a 5.
Lo ideal sería que pudieras practicar este tipo de respiración entre 3 y 5 minutos cada día y cuando hayas cogido práctica, podrás saber en qué momentos puedes y/o necesitas aplicarla.